Detalle sobre los principales temas e ideas de «El Gaucho Martín Fierro»
- Autor: José Hernández
- Año de Publicación: 1872 (Prólogo: 1894)
- Género: Poesía gauchesca (epopeya)
Mapa del libro
Prólogo:
Defensa y Visibilización del Gaucho: Hernández busca «presentar un tipo que personificara el carácter de nuestros gauchos», concentrando «el modo de ser, de sentir, de pensar y de expresarse que le es peculiar». No se trata de «hacer reir á costa de su ignorancia», sino de dibujar «á grandes rasgos, aunque fielmente, sus costumbres, sus trabajos, sus hábitos de vida, su índole, sus vicios y sus virtudes».
Crítica Social y Abusos: El autor subraya que el gaucho es «víctima esa clase desheredada de nuestro país» y que la obra expone «todos los abusos y todas las desgracias» que sufre.
Pérdida de una Cultura: Hernández lamenta que el «tipo original de nuestras Pampas, tan poco conocido por lo mismo que es difícil estudiarlo, tan erróneamente juzgado muchas veces, y que al paso que avanzan las conquistas de la civilización, va perdiéndose casi por completo.» Esta es una advertencia sobre la desaparición del modo de vida gaucho.
Estilo y Lenguaje: El autor se empeña en imitar el «estilo abundante en metáforas, que el gaucho usa sin conocer y sin valorar, y su empleo constante de comparaciones tan extrañas como frecuentes». Busca respetar la «superstición y sus preocupaciones» y el «tinte sombrío» de sus reflexiones, revelando «esa especie de filosofía propia, que sin estudiar, aprende en la misma naturaleza».
Autenticidad del Relato: Martín Fierro no narra maravillas de la ciudad, sino «sus trabajos, sus desgracias, los azares de su vida de gaucho», lo que Hernández considera «mas difícil de lo que muchos se lo imaginarán.»
Cantos I-XIII: La Voz de Martín Fierro y la Desgracia del Gaucho
Los cantos narrados por Martín Fierro en primera persona son el corazón de la obra, donde se despliegan las penurias y la filosofía del gaucho.
- La Identidad y el Destino del Gaucho Cantor (Canto I)
Martín Fierro se presenta como un cantor, para quien «el cantar mi gloria labra». Afirma su habilidad y valentía, declarando: «Yo soy gaucho, y entiendaló / Como mi lengua lo esplica, / Para mí la tierra es chica / Y pudiera ser mayor». Su deseo de libertad es central: «Mi gloria es vivir tan libre / Como el pájaro del Cielo». Sin embargo, su destino es trágico: «naides me ha de seguir / Cuando yo remuento el vuelo.» Finalmente, confiesa que «nunca peléo ni mato / Sino por necesidá; / Y que a tanta alversidá / Solo me arrojó el mal trato.» Es un «gaucho perseguido, / Que padre y marido ha sido / Empeñoso y diligente, / Y sin embargo la gente / Lo tiene por un bandido.»
- La Vida Idílica Perdida y el Comienzo de la Persecución (Canto II)
Martín Fierro evoca con nostalgia un pasado feliz: «Yo he conocido esta tierra / En que el paisano vivía / Y su ranchito tenía / Y sus hijos y mujer…». Describe la vida laboriosa y alegre del gaucho, «siempre alegre y bien montada / Y dispuesta pa el trabajo…». Sin embargo, esa alegría se ha desvanecido: «Pero al presente… barajo! / No se le vé de aporriada.» La autoridad irrumpe violentamente en sus vidas: «si el alcalde lo sabe / Lo caza lo mesmo que ave», y si no obedece, lo «mandan á la frontera / O lo echan á un batallón.» Aquí comienza «el pericón» de sus desgracias.
- El Servicio en la Frontera: Abusos y Desdichas (Cantos III-V)
El reclutamiento forzoso para el servicio militar en la frontera contra los indígenas es el punto de inflexión. Fierro es arrancado de su familia y bienes: «Tuve en mi pago en un tiempo / Hijos, hacienda y mujer, / Pero empecé á padecer, / Me echaron á la frontera…». Su regreso solo encuentra «la tapera» de su rancho.
Engaño y Maltrato: Las promesas de «seis meses» de servicio y salarios son falsas. Los gauchos son tratados «como se trata á malevos», usados para trabajar en las chacras de los coroneles y castigados brutalmente: «Le daban cada cepiada / Que lo dejaban enfermo.»
Injusticia y Corrupción: Los salarios prometidos nunca llegan: «Nunca llegaban los cobres / Que se estaban aguardando.» El pulpero, amigo del Jefe, se aprovecha de ellos, y Fierro es excluido de la lista de pagos, a pesar de sus dos años de servicio. La autoridad se niega a reconocer sus derechos.
Enemigos en Casa y Fuera: Fierro critica duramente a los «gringos» reclutados, a quienes considera inútiles para la frontera y solo «dan trabajo». La verdadera amenaza, sin embargo, son los indígenas, a quienes describe con ferocidad: «Roba y mata cuanto encuentra / Y quema las poblaciones», sin perdonar «ni los pobres angelitos».
La Ratona de la Frontera: El servicio es una «ratonera / En que sólo gana el juerte— / Era jugar á la suerte / Con una taba culera.»
- La Huida y la Transformación del Gaucho (Cantos VI-VIII)
Cansado de los abusos y temiendo por su vida, Fierro decide desertar: «Pensé en mandarme mudar / Como cosa más sigura.» Al regresar a su pago después de tres años, encuentra su rancho destruido y su familia dispersa. Este es el momento de su transformación: «Yo juré en esa ocasión / Ser más malo que una fiera!». Se convierte en un «gaucho matrero».
Pérdida Familiar: Su hacienda fue vendida por arrendamientos, sus hijos «se conchavaron de piones», y su mujer «se voló / Con no sé qué gavilán— / Sin duda á buscar el pan / Que no podía darle yo.»
Justicia por Mano Propia: En su nueva vida de matrero, Fierro se ve envuelto en conflictos violentos.
Pelea con el Negro (Canto VII): En un baile, Fierro, bajo los efectos del alcohol, provoca a un negro con comentarios racistas: «A los blancos hizo Dios, / A los mulatos San Pedro, / A los negros hizo el diablo / Para tizón del infierno.» La confrontación escala y Fierro lo mata en defensa propia.
Pelea con el «Guapo» (Canto VIII): En otro boliche, se enfrenta a un gaucho «guapo y de peliador» protegido por el Comandante, a quien también hiere en un duelo.
El Gaucho como Delito: Después de estos incidentes, la persecución se intensifica. Fierro reflexiona sobre la injusticia: «Porque el ser gaucho… barajo, / El ser gaucho es un delito.» Describe la desprotección y el abandono del gaucho: «No tiene hijos, ni mujer, / Ni amigos, ni protectores». Sus «razones de los pobres» son «campanas de palo».
- La Soledad y el Encuentro con Cruz (Canto IX)
Martín Fierro vive escondido, «más matrero que el venao», siempre vigilado por la policía. Su única compañía es la pampa, las estrellas y su facón. «Su esperanza es el coraje, / Su guardia es la precaución, / Su pingo es la salvacion, / Y pasa uno en su desvelo, / Sin más amparo que el cielo / Ni otro amigo que el facón.»
La Pelea contra la Partida: Una noche, es rodeado por una partida policial. Fierro se defiende con bravura, luchando solo contra varios. En el fragor de la batalla, un sargento de la partida, Cruz, se conmueve por su valentía y se rebela: «Cruz no consiente / Que se cometa el delito / De matar ansi un valiente!» Cruz se une a Fierro, marcando un giro fundamental en la historia.
- La Historia de Cruz y la Condición Común del Gaucho (Cantos X-XII)
Cruz comparte su propia historia, revelando que sus desgracias son similares a las de Fierro. También fue víctima de la injusticia y la traición, especialmente por parte de un Comandante que le robó a su mujer. Cruz se presenta como un gaucho que también ha sufrido y que comprende la situación de Fierro.
Resiliencia y Sabiduría Popular: Cruz expresa una filosofía de aguante ante la adversidad: «Amigazo, pa sufrir / Han nacido los varones—», y «Hagámosle cara fiera / A los males, compañero».
La Traición del Poder: Cruz relata cómo el Comandante abusó de su poder y le quitó a su mujer: «Él me daba voz de amigo, / Pero no le tenía fe— / Era el jefe, y ya se vé, / No podía competir yo—».
La Injusticia Generalizada: Ambos gauchos son producto de un sistema corrupto y opresivo donde «en esta tierra / Nunca se acaba el embrollo.» Los «puebleros» hablan de los males, pero «hacen como los teros / Para esconder sus niditos», mientras «al gaucho lo apura / Con rigor la autoridá».
- La Decisión Final: Huida al Desierto (Canto XIII)
Fierro y Cruz, reconociendo que son «Astillas del mesmo palo», deciden huir juntos hacia la tierra de los indígenas, el desierto, buscando una vida libre de la opresión del gobierno y la civilización.
Búsqueda de Libertad: Fierro ve en la huida una salida de «este infierno» y una posibilidad de «ver luz / Y se acaben nuestras penas».
Refugio entre los «Infieles»: Paradójicamente, el gaucho perseguido busca refugio entre aquellos a quienes antes combatía: «Yo sé que allá los caciques / Amparan á los cristianos, / Y que los tratan de «Hermanos» / Cuando se van por su gusto—».
Un Futuro Incierto pero Esperanzador: Se despiden de las «últimas poblaciones» con lágrimas, sabiendo que «no hemos de perder el rumbo» y que, a pesar de los peligros, encontrarán una nueva vida lejos de la opresión. Fierro rompe su guitarra, simbolizando el fin de su canto y el inicio de una nueva etapa: «Ruempo… la guitarra, / Pa no volverme á tentar, / Ninguno la ha de tocar / Por siguro tengaló; / Pues naides ha de cantar / Cuando este gaucho cantó.»
Conclusión General
«El Gaucho Martín Fierro» es una profunda denuncia social y una epopeya que retrata la vida, las costumbres y las desgracias del gaucho argentino en el siglo XIX. A través de la voz de Martín Fierro, José Hernández expone la injusticia, la opresión del gobierno, la corrupción de las autoridades y la pérdida de la identidad y la libertad del gaucho ante el avance de una civilización que lo margina y persigue. La obra es un canto a la libertad, la resiliencia y la búsqueda de un destino, incluso si este implica adentrarse en lo desconocido, dejando atrás un mundo que les ha negado la paz y la dignidad. La ruptura de la guitarra al final simboliza el cierre de una etapa de sufrimiento y el comienzo de una nueva, incierta pero con la esperanza de ser libres.
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